La Placeta de la Mare de Déu dels Àngels tenía (quizás aún lo tenga) algo especial, quizás el vecindario, el ambiente. No eran las habituales casas de llauraor, había allí oficios, otro tipo de actividades, quizás por estar en el antiguo camino de Valencia.
Tenía su propia fiesta de calle el 2 de agosto, dedicada a la Virgen de los Ángeles, cuya imagen original estaba en una capillita en una de las casas, y competían en hacer las mejores fiestas con los de la calle Valencia, que celebraban a los Sants de la Pedra en su ermita.
Había también algo de cotilleo, lo típico, pasaba en muchas calles. Nos contaron que desde una de las casas (no decimos cuál) solían observar entre los visillos lo que pasaba en la plaza y en las otras casas, ya que las puertas solían estar abiertas, y que en una ocasión, al no conseguir enterarse bien utilizaron unos prismáticos y no dudaron en contarlo después a sus vecinos, como si fuera de lo más normal.
En la fotografía, bastante conocida (se publicó en algún Berca), ya se ha construido el jardín, que permaneció igual durante décadas..
En las casas que se ven en la fotografía, de izquierda a derecha, había: Un taller de reparación de aperos de labranza (manyà), otro taller de reparaciones de todo tipo de cacharros (llander), donde arreglaban desde un lebrillo de barro a un perol, además había una modista, un taller de forja, la Expendeduría de Tabaco nº 1 (l'estanc de la placeta), la bodega (la misma que hoy), y un horno al que iban las vecinas a cocer el pan, los moniatos, el arroz al horno. La última casa, más grande y de la que aquí que sólo se ve una esquina, era de una familia de propietarios.
Enfrente, al otro lado de la plaza, había una mercería, una tienda de ultramarinos, una carpintería, un sariero, y una barbería.
Puede verse también:
(En construcción, por si nos cuentan algo más...)