Beata Josefa Naval Girbés (1820-1893).
Imagen de una estampa devocional.
Hace ya 30 años, el 25 de septiembre de 1988, fue beatificada por San Juan Pablo II Josefa Naval Girbés.
Y en la fiesta de Nuestra Señora del Rosario recordamos la relación de la Beata con esta advocación mariana, ligada a la Orden de los Dominicos. La casa natal de Josefa estaba junto al aún Convento de Dominicos de San Vicente Ferrer. Había allí una capilla dedicada a la Mare de Déu del Roser, y allí acudía con frecuencia la Señora Pepa. Y allí se encomendó a la Virgen cuando falleció su madre, de la que había recibido la devoción a la Virgen. Rezó el Rosario diariamente toda su vida.
Seguimos el texto escrito por D. Bernardo Asensi:
"Al verse Josefa huérfana de su madre en la tierra, acudió presurosa a la Capilla del Rosario de los PP. Dominicos, y pidió, llorando, a la Virgen que fuera para siempre su Madre. Entonces la Sma. Virgen en forma visible, le dijo "Hija mía, no dejes tan santa devoción - el Rosario- que yo no te abandonaré." (...)
"Por eso iba con frecuencia a dicha Capilla, rezaba el rosario entero, se ponía en oración, y su alma se abismaba en Dios, allí donde había empezado a conocerle y amarle, y había recibido la singular promesa de protección de su Madre Santísima." (...)
"Y en prueba de amor y entrega filial a su Madre del cielo, llevó siempre interiormente un rosario en forma de collar hasta la muerte."
Antigua Capella del Roser en el Convent.
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