Una tartana, 1929

Una tartana en Algemesí.

Fotografía anónima, 1929.

   Que era algo normal ver una tartana en aquellos años, pero nos parece curiosa la imagen, detalle de una fotografía anónima, creemos que inédita, de 1929, por la zona de lo que es hoy el Parque, que ya veremos completa en otro momento.

   En primer plano se ve a un policía, que también llama la atención. Hay gente mayor, jóvenes, niños, hasta gente en la terraza de una casa. Detalles para observar.

   Pero nos interesaba más la tartana, tan típica, seguramente tan incómoda de utilizar. Que lo que ahora nos gusta ver en las fotografías antiguas era en realidad poco agradable, sólo es bonito en imagen, no para vivirlo.

   Y poco seguro como medio de transporte. Hubo algunos accidentes con tartanas y carros. Recordamos haberlo leído en hemeroteca, atropellos diversos, y hubo en 1924 una tragedia en una boda, un carro, una acequia, muy triste.

La Beata Josefa Naval y la Virgen del Rosario

Beata Josefa Naval Girbés (1820-1893).

Imagen de una estampa devocional.

   Hace ya 30 años, el 25 de septiembre de 1988, fue beatificada por San Juan Pablo II Josefa Naval Girbés.

   Y en la fiesta de Nuestra Señora del Rosario recordamos la relación de la Beata con esta advocación mariana, ligada a la Orden de los Dominicos. La casa natal de Josefa estaba junto al aún Convento de Dominicos de San Vicente Ferrer. Había allí una capilla dedicada a la Mare de Déu del Roser, y allí acudía con frecuencia la Señora Pepa. Y allí se encomendó a la Virgen cuando falleció su madre, de la que había recibido la devoción a la Virgen. Rezó el Rosario diariamente toda su vida.

   Seguimos el texto escrito por D. Bernardo Asensi:

   "Al verse Josefa huérfana de su madre en la tierra, acudió presurosa a la Capilla del Rosario de los PP. Dominicos, y pidió, llorando, a la Virgen que fuera para siempre su Madre. Entonces la Sma. Virgen en forma visible, le dijo "Hija mía, no dejes tan santa devoción - el Rosario- que yo no te abandonaré." (...)

   "Por eso iba con frecuencia a dicha Capilla, rezaba el rosario entero, se ponía en oración, y su alma se abismaba en Dios, allí donde había empezado a conocerle y amarle, y había recibido la singular promesa de protección de su Madre Santísima." (...)

   "Y en prueba de amor  y entrega filial a su Madre del cielo, llevó siempre interiormente un rosario en forma de collar hasta la muerte."

Antigua Capella del Roser en el Convent.