"Cadaver de la Sierva de Dios, incorrupto, en su nuevo sarcófago". 1946
Fotografía incluída en la biografía de la Beata Josefa Naval Girbés, escrita por el Siervo de Dios D. Bernardo Asensi Cubells.
El cuerpo incorrupto de la Señora Pepa, revestido con el nuevo hábito del Carmen, ya que pertenecía de la Tercera Orden del Carmen, fue depositado en la caja nueva.
Inhumado en la capilla del Cristo de la Buena Muerte de la iglesia de San Jaime, el cuerpo no se ha conservado, después de las inundaciones sufridas en Algemesí, que obviamente afectaron al lugar del enterramiento. Los restos de la Beata Señora Pepa están expuestos actualmente en una nueva urna, vestida ahora con traje seglar, y con el rostro cubierto por una mascarilla.
Este año 2012 - 2013, declarado Año de la Fe, se repartió un recordatorio en el día de la fiesta de la Beata Josefa Naval, con la siguiente oración:
Oh Dios, que pusiste en el mundo la fuerza del Evangelio como fermento de renovación, concede a los fieles dedicados a las cosas seculares, para cumplir tu voluntad, que por la intercesión y con el ejemplo de la Beata Josefa Naval, instauren sin cansarse tu reino a través de sus deberes temporales, con fervoroso espíritu cristiano.
Por Jesucristo nuestro señor. Amén.
Inhumado en la capilla del Cristo de la Buena Muerte de la iglesia de San Jaime, el cuerpo no se ha conservado, después de las inundaciones sufridas en Algemesí, que obviamente afectaron al lugar del enterramiento. Los restos de la Beata Señora Pepa están expuestos actualmente en una nueva urna, vestida ahora con traje seglar, y con el rostro cubierto por una mascarilla.
Este año 2012 - 2013, declarado Año de la Fe, se repartió un recordatorio en el día de la fiesta de la Beata Josefa Naval, con la siguiente oración:
Oh Dios, que pusiste en el mundo la fuerza del Evangelio como fermento de renovación, concede a los fieles dedicados a las cosas seculares, para cumplir tu voluntad, que por la intercesión y con el ejemplo de la Beata Josefa Naval, instauren sin cansarse tu reino a través de sus deberes temporales, con fervoroso espíritu cristiano.
Por Jesucristo nuestro señor. Amén.
(Continuará)
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